La vitamina E se encuentra de forma natural en la piel humana, pero puede agotarse por la exposición solar.

Como antioxidante, la vitamina E es un magnífico ingrediente usado en cosmética para proteger la piel del envejecimiento prematuro, retrasando las líneas de expresión y las arrugas, mejorando también la textura de la piel e incluso las cicatrices.

Se utiliza para evitar la inflamación de los tejidos, y para proteger frente a la oxidación celular que provocan los radicales libres (sol, contaminación, estilo de vida, tabaco…).

Además, se recomienda incorporar a cosméticos que incluyan aceites vegetales y otros activos sensibles a la oxidación, ya que la vitamina E ayuda a alargar su vida.

La vitamina E se puede obtener de fuentes naturales como aceites vegetales o germen de trigo y también hay formas sintéticas.

¿Cuáles son sus beneficios?

En cosmética la vitamina E se utiliza, principalmente, por su actividad antioxidante, al proteger a la piel de los efectos nocivos de los radicales libres, que provocan envejecimiento prematuro. Es, por tanto, un buen activo para combatir las arrugas y las líneas de expresión. Ayuda también a incrementar la hidratación de la piel, suavizándola y, por lo tanto, es una buena aliada para las pieles secas.

Posee también acción antiinflamatoria, ayudando a calmar y regenerar pieles agredidas. Por eso también ayuda a mejorar pieles con acné y cicatrices.

Cuando se combina con la vitamina C, además de reforzar el efecto antioxidante de ambas, ayuda también a mejorar las manchas de la piel.